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Crónicas (continuación)























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         Jardinero de una bodega.


























                                                                                  El guía y fotógrafo Vahagn Grigoryan, frente al
                                                                                  templo Garni.

        Montes Sis y Masis, desde Khor Virap.
                                                              nombres en la lista  –escrita en armenio-, hasta que final-
         cara de soviético de pocos amigos. Le dije que entendía, -  mente el agente de seguridad hizo uso de  su autoridad y
         todavía me queda el celular, pensé-, y entré por los jardines   decidió que no ingresaba nadie más. Detrás mío, nadie lo-
         de la Asamblea en busca de la sala de prensa, la que ubiqué   gró franquear el mostrador de control de ingreso. Al bajar
         persiguiendo a unos camarógrafos que ingresaron por un   la  escalinata  y  encontrarme  con  el  grupo  en  el  jardín  de
         costado.                                             acceso,  tan  acalorados  como  ofuscados,  me  miraban  sin
              La  sala  estaba  repleta  de  embajadores,  periodistas,   entender. Todo terminó así, como una nota de color para
         cámaras  de  televisión  y  un  catering  envidiable,  previsto   nosotros, no tanto para los demás!
         para  agasajarnos.  Pasaban  los  minutos  y  no  ingresaba  ni   Visitamos también el pequeño Museo de la Fotogra-
         Michel, ni Tatev, ni ninguno de los otros fotógrafos repre-  fía que fundó Vahan Kochar, en memoria de su padre el
         sentantes  de  los  países  participantes.  Los  que  sí  seguían   afamado fotógrafo Andranik Kochar, de cuyo nacimiento
         llegando eran los embajadores, a quienes Miguel me pre-  se cumplían 100 años en 2019. Su legado es enorme y la
         sentaba encantado, el de Italia, Egipto, y otros más. Entre   calidad de sus fotografías, tanto como el calibre de las per-
         copas y sonrisas, caí en la cuenta de que era el único fotó-  sonalidades que retrató, le ameritan un lugar especial en la
         grafo  presente,  mientras  comenzaba  la  conferencia  de   cultura armenia. Le entregué un ejemplar dedicado por el
         prensa,  para  concluir  solo  unos  minutos  después.  Nadie   fotógrafo argentino Aldo Sessa, que agradeció encantado, y
         más logró ingresar. El catering para cien personas terminó   me  dedicó  a  su  vez  su  libro  “Fotografías  Armenias”,  un
         desperdiciado.  No  retiramos  por  la  escalinata  de  ingreso   trabajo de gran valor iconográfico y documental.
         principal a la Asamblea, con un aire de triunfo, pero a la   Un apartado especial merece nuestro guía de aventu-
         vez confundidos. ¿Qué habría pasado? Amén de que mu-  ras, Vahagn, que no sólo habla bastante español e inglés,
         chos olvidaron su pasaporte, otros no lorgaron ubicar sus   sino que además es un excelente fotógrafo. En sus viajes
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