Page 46 - Mi planta de naranja-lima
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Fui a un baile en el "morro"9 da Mangueira
Una mulata me llamó de tal manera. . .
No vuelvo más allá, tengo miedo de "cobrar".

       Su marido es muy fuerte. Y capaz de matar. . .
       No voy a hacer como hizo Claudionor,
       Para mantener la familia fue a hacerse el estibador.
       Se detenía y anunciaba:
       —Folletos de todos los precios, desde centavos hasta cuatrocientos "réis"10. ¡Sesenta
canciones nuevas! Los últimos tangos.
       Ahí llegó mi felicidad, "Fanny".
       Aprovechaste que ella estaba sólita
       Y sin tiempo de llamar a una vecina. . .
       La apuñalaste sin dolor ni compasión.
       (Su voz volvíase suave, dulce, tierna, como para destrozar el corazón más duro.)
       A la pobre, pobre Fanny, que tenía buen corazón.
       Por Dios te juro que también has de sufrir. . .
       En una CELDA HE DE VERTE MORIR
       La apuñalaste sin dolor ni compasión
       A la pobre, pobre Fanny, que tenía buen corazón.

       La gente salía de las casas y compraba un folleto, no sin antes mirar cuál era el que
más le agradaba. Y así es como yo estaba pegado a él, por causa de "Fanny".

       Se volvió hacia mí con una sonrisa enorme.

       —¿Quieres uno, muchacho?
       —No, señor, no tengo dinero.
       —Ya me parecía.
       Agarró su bolsa y continuó gritando por la calle.
       —El vals "Perdón", "Fumando espero" y "Adiós Muchachos", los tangos aun más
cantados que "Noche de Reyes". En el centro se cantan solamente estos tangos. . . "Luz
celestial", una belleza. ¡Vean qué letra!
       Y parecía abrir el pecho:

       Tienes en tu mirada una luz celestial que me hace creer. . .
       Ver una irradiación de estrellas brillando en el espacio sideral.

       Juro hasta por Dios que ni siquiera allá en los cielos
       puede haber

       Ojos que seduzcan tanto como los tuyos. . .
       ¡Oh! Deja que tus ojos miren bien los míos para recordar

       La historia triste de un amor nacido en ola
       lunar. . .

       Ojos que bien dicen y sin poder hablar qué desdichado es amar. . .
       Anunció varias otras cosas, vendió algunos folletos y tropezó conmigo. Se detuvo y
me llamó haciendo chasquear los dedos. ,
       —Ven acá, pajarito.
       Obedecí, riendo.

9 Monte de poca elevación (N. de la T.).
10 Antigua moneda (N. de la T.).

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