Page 11 - A orillas del río Piedra me senté y lloré
P. 11

Es necesario correr riesgos, decía. Sólo entendemos del todo el milagro
                  de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado.
                         Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es
                  posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fin-
                  gir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es
                  igual que ayer y será igual que mañana. Pero quien presta atención a su día,
                  descubre un instante de silencio después del almuerzo, en las mil y una cosas
                  que nos parecen iguales. Ese momento existe: un momento en el que toda la
                  fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros.
                         La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una con-
                  quista. El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de
                  nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a
                  afrontar muchas desilusiones…, pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en
                  el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe.

                         Pobre del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ése quizá no se de-
                  cepcione nunca, ni tenga desilusiones,  ni sufra como los que persiguen un
                  sueño. Pero al mirar hacia atrás —porque siempre miramos hacia atrás— oirá
                  el corazón que le dice: «¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus
                  días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste en
                  el fondo de una cueva, porque tenías miedo de perderlos. Entonces, ésta es tu
                  herencia: la certeza de que has desperdiciado tu vida.»

                         Pobre de quien escucha estas palabras. Porque entonces creerá en mi-
                  lagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.
   6   7   8   9   10   11   12   13   14   15   16