Page 72 - La máscara de la objeción.cdr
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tortura para las niñas, adolescentes y mujeres que
buscan interrumpir un embarazo o buscan atención post
aborto.
Si circunscribimos el análisis socio-jurídico de la
realidad de la objeción de conciencia a la existencia o
inexistencia legislativa del derecho, y omitimos
computar cómo funciona esta herramienta de mayorías
en marco de la relación sanitaria asimétrica en términos
de poder, el derecho abdicaría en favor de un fetichismo
legal que se desentiende de la justicia reproductiva e
intenta ocultar los usos políticos de la objeción que
subyacen al reduccionismo de “objeción si u objeción
no”.
La libertad de conciencia del personal no puede
implicar la falta de libertades de las usuarias, ni una
barrera para la salud, mucho menos una espada en su
dignidad.
Esa balanza patriarcal que históricamente se
inclinó para oprimir nuestros cuerpos, debe ponderar los
contextos de quienes abortamos y equilibrar el orden
sexual jerárquico que objeta el aborto como decisión y
como prestación.
Un Estado comprometido con la igualdad de
género supervisaría adecuadamente la objeción de
conciencia desgobernada que, frente a la decisión de
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