Page 24 - 3PUROCUENTO
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Ahora que los lectores era, otrosí, derrengada;
han visto de qué manera la derribaba un resuello;
pudo burlarse la fiera puede decirse que aquello
de los tales cazadores, no era perra ni era nada.
oigan lo que aconteció, A ver, pues, la batahola
y aunque es suceso que admira, la vieja al cerro subía,
no piensen, no, que es mentira, de la perra en compañía,
que lo cuenta quien lo vio: que era lo mismo que ir sola.
Al pie de uno de los cerros Por donde iba, hizo la suerte
que batieron aquel día, que se hubiese el jabalí
una viejilla vivía, ocultado, por si así
que oyó ladrar a los perros; se libraba de la muerte.
y con gana de saber Empero, sintiendo luego
en qué paraba la fiesta, que por ahí andaba gente,
iba subiendo la cuesta tuvo por cosa prudente
tomar las de Villadiego.
24 a eso del anochecer.
La vieja entonces, al ver
Con ella iba una perrilla... que escapaba por la loma,
mas, sin pasar adelante, ¡sus! dijo por pura broma,
es preciso que un instante y la perra echó a correr.
gastemos en describilla:
Y aquella perra extenuada,
Perra de canes decana sombra de perra que fue,
y entre perras protoperra, de la cual se dijo que
pasaba en toda su tierra no era perra ni era nada;
por perra antediluviana;
aquella perrilla, sí,
flaco era el animalejo, ¡cosa es de volverse loco!,
el más flaco de los canes, ¡no pudo coger tampoco
era el rastro, eran los manes al maldito jabalí!
de un cuasi-semi-ex-gozquejo;
sarnosa era, digo mal,
no era una perra sarnosa,
era una sarna perrosa,
y en figura de animal;

