Page 1117 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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ojos que no pestañeaban. Detrás de él, los soldados
gritaban agitados, mientras preparaban sus armas.
Yagharek y Derkhan habían estado con la espalda
contra la pared. Isaac los vio en sus espejos, detrás de
la cosa. No podían distinguir los lados coloridos de sus
alas: seguían asustados pero no estaban hechizados.
Entre la polilla e Isaac, tirada sobre las tablas, donde
la había derribado la lluvia de erizados cristales, se
encontraba Lin.
— ¡Lin! —gritó Isaac desesperadamente—. ¡No te
vuelvas! ¡No mires atrás! ¡Ven conmigo!
Su tono de pánico la paralizó. Lo vio extender los
brazos hacia ella en un gesto espantosamente torpe,
caminar con vacilación hacia ella, de espaldas, sin
volverse.
Se arrastró, lenta, muy lentamente, hacia él.
A su espalda, escuchó un ruido sordo, animal.
La polilla asesina se irguió, intranquila y pugnaz.
Podía saborear mentes por todas partes, moviéndose a
su alrededor, amenazándola y temiéndola.
Estaba inquieta y nerviosa, traumatizada todavía por
la muerte de sus hermanas. Uno de sus afilados
tentáculos palpó el suelo como una cola.
Frente a ella, una de las mentes había sido capturada.
Pero sus alas estaban extendidas por completo y sin
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