Page 675 - Materia oscura - Blake Crouch
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el que cometió aquella locura en la cafetería para
terminar en la cárcel y volver a estar juntos, a salvo.
—Entonces, estás diciendo que es el destino.
Sonríe.
—Creo que estoy diciendo que nos encontramos el
uno al otro por segunda vez.
Volvemos a hacer el amor y nos quedamos dormidos.
A altas horas de la noche, se despierta y me susurra
al oído:
—No quiero que te vayas.
Me doy la vuelta para mirarla.
Tiene los ojos muy abiertos en la oscuridad.
Me duele la cabeza.
Tengo la boca seca.
Estoy atrapado en esa desorientadora transición
entre la embriaguez y la resaca, cuando el placer se
convierte poco a poco en dolor.
—¿Y si seguimos conduciendo? —sugiere.
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