Page 9 - Materia oscura - Blake Crouch
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Mi mujer, Daniela, se encuentra sentada en la isla
de la cocina; hace girar con una mano su copa de vino
casi vacía y sujeta el móvil con la otra. Nota mi
mirada fija y sonríe sin alzar la vista de la pantalla.
—Lo sé —dice—, estoy violando la norma
fundamental de la noche familiar.
—¿Qué es tan importante? —pregunto.
Me observa con sus oscuros ojos españoles.
—Nada.
Me acerco a ella, le quito con delicadeza el móvil y
lo dejo sobre la encimera.
—Podrías empezar a preparar la pasta —le sugiero.
—Prefiero verte cocinar a ti.
—¿Sí? —Y luego susurro—: Te pone, ¿eh?
—No, es que es más divertido beber y no hacer
nada. —Tiene el aliento dulce por el vino y una de
esas sonrisas que parecen arquitectónicamente
imposibles. Todavía me mata.
Me termino la copa.
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