Page 157 - Sin Noticias De Gurb - Eduardo Mendoza
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San Francisco, pero se equivocó de barco y llegó a
Barcelona. Como no ha aprendido el alfabeto latino,
todavía no se ha percatado de su error, no yo hago nada
por sacarle de él. Se ha casado y tiene cuatro hijos: Pilarín
(el primogénito), Chiang, Wong y Sergi. Trabaja de sol a
sol, de lunes a sábado. El domingo es su día de asueto y lo
dedica a buscar el Golden Gate (en vano) en compañía de
toda su familia. Me dice que su ilusión es volver a China;
que para eso trabaja y ahorra. Me pregunta a qué me dedico
yo. Para no liarle, le digo que soy cantante de boleros. Ah,
a él le gustan mucho los boleros, dice, porque le recuerdan
a Kiang‐Si, su añorada patria. Me invita a una copita de
aguardiente chino, que él mismo fabrica destilando lo que
la clientela se deja en los platos. Es un líquido de color
marrón, algo espeso, de sabor indefinible, pero muy
aromático.
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