Page 63 - Interviu N 2044 - 29 Junio 2015
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Es poco probable que el Donald se salga esta vez con la suya en las
primarias republicanas, pues cuando hasta la derechona más encallecida

              te considera un mamarracho, lo tienes muy crudo

pujanza de la empresa familiar. Trump asegura acumular           una consagración de la ley de la selva para tirar adelante en
una fortuna de 9.000 millones de dólares,aunque la revista       este mundo cruel.Por estas fechas,cada cuatro años,amaga
Forbes rebaja la suma a 4.000, que tampoco está nada mal.        con presentarse a las primarias del Partido Republicano,ga-
Pero parece que el hombre no acaba de estar satisfecho con       narlas y acabar en el despacho oval de la Casa Blanca. Lleva
su situación y que aspira a cambiar su país por el expeditivo    así desde 1987 y nunca sale vivo de las primeras escaramu-
sistema de aspirar a la presidencia de los Estados Unidos…       zas partidistas, pues hasta los republicanos –salvo cuatro
aunque cerca de un 60 por ciento de la población asegura         majaretas del Tea Party– lo consideran un peligro público.
que no le votaría jamás y Barack Obama lo haya definido          Yo diría que no andan muy equivocados,pues lo último que
como un charlatán de feria.Trump es de los que odian a los       ha hecho ha sido lanzar una diatriba contra los mexicanos
políticos tradicionales y cree que un país se debe dirigir como  en la que los ha tildado de vagos, borrachos y violadores. La
una empresa,teniendo siempre presente la cuenta de resul-        diplomacia no es lo suyo,desde luego,y casi todo lo que sale
tados. No es el suyo un capitalismo de rostro humano, sino       de su boca resulta ofensivo.

                                                                 De hecho, hasta su aspecto es ofensivo, y no me refiero a la
                                                                 cara de bestia congestionada que suele exhibir, ni a los kilos
                                                                 de más que definen su oronda figura,ni a esos trajes idénticos
                                                                 a los de su rinconcito en Macy’s.No,lo realmente ofensivo –yo
                                                                 diría que hasta delictivo– es su peinado,una versión sofistica-
                                                                 dísima de la ensaimada de Iñaki Anasagasti,absolutamente
                                                                 ostentórea,que casi nadie sabe muy bien cómo la obtiene ni
                                                                 cuánto tiempo invierte a diario en su construcción.Los ame-
                                                                 ricanos lo llaman comb over (peinado por encima) y yo diría
                                                                 que consiste en dejar crecer hasta el infinito los cuatro pelos
                                                                 que le quedan e irlos retorciendo por capas hasta conseguir
                                                                 una apariencia de pelambrera.Intuyo que un golpe fuerte de
                                                                 viento puede derrumbar tan compleja estructura, aunque
                                                                 los kilos de laca que se adivinan para mantener en su sitio
                                                                 la cagarruta peluda deben contribuir a su solidez (tampoco
                                                                 descartaría algún tipo de engrudo especialmente potente).
                                                                 Junto al gorrito de ganchillo de Lluís Llach, el tupé de Trump
                                                                 se me antoja el tocado más indignante del mundo, pero no
                                                                 parece que a sus seguidores les tire para atrás.

                                                                 Es poco probable que el Donald se salga esta vez con la
                                                                 suya en las primarias republicanas, pues cuando hasta la
                                                                 derechona más encallecida te considera un mamarracho,
                                                                 lo tienes muy crudo. Pero mientras tanto aprovechará para
                                                                 soltar discursos en los que insultar a los políticos, a los ex-
                                                                 tranjeros, a los holgazanes (todos aquellos que no trabajan
                                                                 para él),a los liberales de mierda y a cualquiera que no haya
                                                                 venido a este mundo a trincar lo que se pueda y a cambiar
                                                                 de esposa cuando a esta le da por envejecer.

                                                                 Eso sí, a diferencia de otros magnates igual de turbios que
                                                                     él,el Donald no engaña a nadie. Lo que ves es lo que hay.
                                                                         No ofrece un lado humano, se cisca en la filantropía
                                                                           de ciertos ricachones y se empeña en que le odien
                                                                             todos los que le desprecian, que no son pocos.
                                                                              Sería el protagonista ideal de un documental
                                                                               de Michael Moore, pero es poco probable que
                                                                               se preste a ello. Lo más parecido a Trump que
                                                                               hemos visto en el cine es a Bob Roberts, el can-
                                                                               tautor de derechas y tiburón deWall Street de la
                                                                              película deTim Robbins.Pero hasta ese personaje
                                                                              era más sutil que Donald Trump. Al igual que el
                                                                             Gordon Gecko de las películas de Oliver Stone, in-
                                                                             terpretado por Michael Douglas. Personalmente,
                                                                            cada vez que veo una foto del Donald, pienso que
                                                                            su álter ego ideal es el Increíble Hulk.

Ilustración Javier Muñoz                                                  29/6/2015 interviu.es 63
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