Page 386 - Yo fui a EGB
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dejaban jugar solos en semejantes
lugares. No por dejadez ni porque no les
importásemos, sino porque no existía
esa conciencia del peligro que puede
haber en la actualidad. Es cierto que no
resulta un razonamiento muy defendible,
pero en mi barrio nunca ocurrió un
accidente grave. ¡Y mira que hubo unos
cuantos! Brechas, cortes, pies
agujereados por jugar al hinque… La
mayoría de heridas con sangre se
curaban bajo el chorro de la fuente, la
misma que nos surtía de agua fresca para
las batallas de globos.
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