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La Gestión del Riesgo de Desastre (GRD) como plata- PARTE V | CAPÍTULO XVIII
forma conceptual de la CME 211
Los desastres de origen natural y/o antrópico o tecnoló-
gico ponen en riesgo la vida, la salud y la propiedad de las
personas, y hacen peligrar los medios de sustento y de
los servicios esenciales, ocasionando trastornos sociales,
económicos y ambientales. Frente a la reiterada ocurren-
cia de estos sucesos, la Organización de las Naciones
Unidas ha implementado su Estrategia Internacional para
la Reducción de Desastres (EIRD), y para el período 2005-
2015 estableció prioridades de acción en la Conferencia
Mundial sobre la Reducción de los Desastres celebrada
en Kobe, Hyogo, Japón, del 18 al 22 de enero de 2005. En
esa ocasión se aprobó un marco de acción para el pe-
riodo 2005-2015 denominado Aumento de la Resiliencia
de las Naciones y las Comunidades ante los Desastres,
conocido comúnmente como “Marco de Acción de Hyo-
go 2005-2015 (MAH)”, del cual la República Argentina es
signataria.
Entre el 14 y el 18 de marzo del 2015 se realizó en la
ciudad de Sendai en Japón la Tercera Conferencia Mun-
dial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, donde
a partir del Marco de Acción de Hyogo 201, se acordó un
nuevo Marco de Acción y Financiamiento para disminuir
la vulnerabilidad y mitigar el impacto de los desastres
durante los próximos 15 años. En la misma participaron
representantes de 187 Estados miembro de la ONU, entre
ellos Argentina. La CME tuvo un lugar en la delegación
oficial de nuestro país.
La gestión del riesgo de desastres es un proceso en el
que intervienen diversos actores estatales y de la socie-
dad civil. La CME tiene por función formalizar la participa-
ción integral y sistemática de las fuerzas armadas en el
manejo federal de las emergencias con modos, técnicas y
lenguaje de trabajo compartidos con la coordinación civil.
Cuando un evento adverso sobrepasa la capacidad local
para dar respuesta constituye una emergencia mayor y
puede llegar a configurar un desastre cuando requiere de
colaboración nacional o internacional para su atención.
El riesgo comprende dos dimensiones: la amenaza (el
evento que desencadena la situación) y la vulnerabilidad
(las condiciones o características de la comunidad o sis-
tema susceptibles de ser afectados). La gestión integral
del riesgo implica el análisis del riesgo, el manejo de los
efectos de los eventos adversos que ocurran, la reducción
de los riesgos que se identifiquen y el proceso de recupe-
ración en los casos de comunidades ya afectadas.

