Page 686 - Enciclopedia De Los Mitos De Cthulhu - Daniel Harms
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adorar a Tsathoggua. Desde allí su culto se extendió a

            K’n‐yan, y a partir de ahí a la tierra ártica de Lomar y al

            mundo  exterior.  Tanto  los  voormis  primero  como  los

            invasores humanos de Hiperbórea después, veneraron al


            dios  sapo.  El  sumo  sacerdote  atlante  Klarkash‐Ton

            resucitó su culto, y los oscuros averones que huyeron de

            la Atlántida y llegaron a Averoigne trajeron consigo esta

            religión.  El  culto  francés  de  Tsathoggua  fue  poderoso


            hasta  la  época  medieval  y  en  cierto  momento  incluso

            dispuso de su propio oráculo, en el que el dios hablaba a

            través del cuerpo de su profetisa de lentos movimientos.


            No  está  claro  si  todavía  pervive  alguna  secta  de

            Tsathoggua,  aunque  antiguamente  lo  adoraban  los

            indios Narragansett y Wampanoag de Massachusetts.



                   Los  animales  del  bosques  sienten  especial  respeto

            por Tsathoggua, y era un hecho conocido que los gatos


            protegían sus capillas en Averoigne. Además, lo sirven

            unas criaturas negras e informes a las que se denomina

            su  semilla,  aunque  no  está  claro  el  grado  exacto  de


            relación que existe entre ellos. Solo se conoce uno de sus

            cánticos rituales:



              ¡N’ggah‐kthn‐y’hhu! ¡Cthua t’lh gup r’lhob‐g’th’gg lgh

                                                        thok!



                  ¡G’llh‐ya, Tsathoggua! ¡Y’kn’nh, Tsathoggua! ¡Ha


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