Page 637 - La Herejia De Horus 01 - Horus El Señor De La Guerra - Abnett Dan
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batallas gloriosas y listas de honores. Entonces sus
ojos se posaron en una frase que le llamó la atención,
y retrocedió en su lectura.
En el corazón de la zona gobernante, una novena
batalla de poca importancia había marcado la
conquista, casi como una idea tardía. Un bastión había
permanecido, el murengon, o santuario amurallado,
donde los últimos hierofantes de los cónclaves
resistían, practicando según decía el texto, «sus artes
de adivinación a través de la consulta con los espíritus
a la luz ardiente de su reino en llamas».
Shang Khal, que deseaba una solución rápida a la
conquista, había enviado a Anult Keyser a acabar con
el santuario. Keyser era lord militar de los Lanceros
Tupelov y, mediante varios vínculos de honor, podía
invocar sin reservas los servicios de la Roma, un
escuadrón de pilotos mercenarios cuyos interceptores
exquisitamente decorados, según decía la leyenda,
jamás aterrizaban ni tocaban la tierra, sino que vivían
eternamente en el ámbito aéreo. Durante el avance
sobre el murengon, los onirocríti —cos de Keyser— y
por esa palabra Loken interpretó que el texto quería
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