Page 228 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 19 Ramsey Campbell
palpó con el dedo. Era el interruptor, cuya palanca
estaba rota. Empujó hacia abajo lo que quedaba de ella.
En aquella sala no había ningún niño. Bajo la
bombilla informe descansaban una silla de respaldo
recto, un escritorio cojo, un archivador y una estantería
en la que se amontonaban los libros. Una cortina negra,
gruesa como una manta, estaba clavada sobre la
ventana. Sin más demora, entró en la habitación y cerró
la puerta a sus espaldas. Era posible que en aquel lugar
encontrara información sobre los objetivos de la secta.
Por desordenados que estuvieran los libros, su
temática era la misma: Enciclopedia del crimen, Una
historia de tortura, Canibalismo y sacrificio humano, El
azote de la esvástica; su obsesión por el sadismo
resultaba casi sofocante. Encontró una edición
ilustrada del Marqués de Sade junto a un libro
litografiado llamado El mandala de Manson. Un estante
estaba repleto de libros en cuyas sobrecubiertas no
figuraba ningún nombre, pero prefirió no abrirlos: ya
tenía una idea bastante clara de cuáles eran las
obsesiones de la secta.
De repente se sintió indispuesta, pero no se debía a
su resfriado. Acababa de recordar el tono de
horrorizada aversión que había empleado Iris al decir
«Nos hacía hacer cosas. Me gusta recordarlas». Pensó
en Angela, en los sollozos del niño. ¿Por qué había
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