Page 24 - Sombras En Fuga - Orson Scott Card
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Sombras en fuga ‐ Orson Scott Card
Hasta Carlotta era más belicosa que Ender. Ender
odiaba la violencia y el enfrentamiento. Solo ansiaba
hacer su trabajo sin que lo molestaran. Si veía que uno de
sus hermanos hacía algo notable, no sentía el impulso de
igualarlo o superarlo. Al contrario, estaba orgulloso de
ellos, o temía por ellos, según lo que pensara sobre la
proeza que ellos habían intentado.
Carlotta sacó un panel angosto que estaba cerca del
techo del pozo de acceso.
—Ni se te ocurra —dijo Ender.
—Entramos bien —argumentó Carlotta—. No serás
claustrofóbico, ¿verdad?
—Es el campo de las lentes gravitatorias. Y está
activo.
—Es solo gravedad. Diez por ciento de la terrícola. Y
estamos apretados entre dos placas, así que no podemos
caernos.
—Detesto esa sensación. —Habían jugado en ese
espacio cuando tenían dos años. Era como girar hasta
marearse, pero peor.
—No seas quisquilloso —dijo Carlotta—. Lo hemos
probado, y aquí el sonido se anula de veras.
—Estupendo —rebatió Ender—. ¿Cómo nos oiremos
hablar?
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