Page 137 - Los Humanoides - Jack Willianson
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última instancia que estaba equivocado, que el
rodomagnetismo no lograba explicar absolutamente
iodo. Faltaba... algo.
Ahora, oculto lejos de los sentidos mecánicos de los
humanoides, Claypool repasaba aquellos momentos cíe
tensión vividos y lentamente iba comprendiendo. Las
contradicciones burlonas que se encerraban en la
ciencia psicofísica de White..., las artes maravillosas del
viejo Graystone, el inverosímil poder telecinético de
Afortunado Ford..., la extra—visión del miope
Overstreet. Y por fin, la facultad increíble de Aurora
Hall, que entraba y salía a voluntad de cualquier sitio,
con sólo desearlo. Pronto comenzó a tratar de
racionalizar todo aquello. —Antes creía que era
imposible —comentó un día con White—. Pero ahora
pienso que la psicofísica cabe dentro de las leyes
establecidas para la mecánica universal. La
teleportación puede ser simplemente una parte del
intercambio materia—energía...
—¿Conoce la teoría? —inquirió White, alzando la
cabeza del trabajo que realizaba sobre la mesa—. El
intercambio materia—energía surge de la identidad de
los electrones. Matemáticamente cualquier
movimiento de un electrón puede ser tratado
meramente corno un cambio de identidad con otro... y
las fuerzas de semejantes cambios son gobernadas por
la probabilidad.
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