Page 1053 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Las dos líneas de programación se fundieron para
conformar una orden terciaria: Duplicar forma de onda de
entrada x con entradas y, z.
Los comandos eran extraordinariamente complejos.
Dependían de las máquinas avanzadas de cálculo que
había proporcionado el Consejo de los Constructos y la
intrincación de sus tarjetas de programación.
Los mapas matemático‐analíticos de la realidad
(incluso simplificados e imperfectos, defectuosos como
inevitablemente eran) se convirtieron en plantillas. Las
tres fueron comparadas.
La mente de Andrej, como la de cualquier humano
cuerdo, cualquier vodyanoi o khepri o cacto cuerdo o
cualquier otra criatura inteligente, era una unidad de
consciencia y subconsciencia sumida en una dialéctica
constantemente convulsa, la supresión y canalización
de los sueños y los deseos, la recurrente recreación de
lo subliminal a través de lo contradictorio, el ego
racional‐caprichoso. Y viceversa. La interacción de
diferentes niveles de consciencia para formar un todo
inestable y en permanente estado de auto‐renovación.
La mente de Andrej no era como la fría
racionalización del Consejo ni como la poética
oneiroconsciencia de la Tejedora.
x, reseñaron los motores, era diferente a y y diferente
a z.
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