Page 1071 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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paralizados. Alguien vociferó órdenes bruscas,
incomprensibles. Era evidente que estaban confusos y
asustados.
Derkhan escudriñaba la oscuridad con una mirada
de esperanza perpleja.
—Que los dioses te bendigan —gritó a la noche.
Volvió a disparar con la mano izquierda, pero la bala
impactó ruidosamente y sin causar daño en los
ladrillos.
Diez metros por debajo de ellos, el herido seguía
gritando. Trataba en vano de desabrocharse la
máscara.
La unidad se dividió. Un hombre se agachó tras un
afloramiento de ladrillos, alzó su rifle y apuntó a la
oscuridad en la que se escondía el recién llegado.
Varios de los hombres restantes empezaron a
descender hacia el nuevo atacante. Los otros volvieron
a ascender, a velocidad redoblada.
Mientras los dos pequeños grupos se movían arriba
y abajo por la resbaladiza pendiente de los tejados, la
figura extraña volvió a salir y disparó con
extraordinaria rapidez. Tiene una especie de pistola
repetidora, pensó Isaac con asombro, y entonces se
sobresaltó al ver que dos oficiales más retrocedían
desde el tejado, un poco más abajo de donde él se
encontraba, y caían dando vueltas, gritando y
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