Page 205 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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La conejera estaba encima de una pila de cajas
similares de frente abierto, en cada una de las cuales un
nido improvisado albergaba entre uno y cuatro
huevos. Algunos eran de colores asombrosos, otros de
un vulgar pardo. Una pequeña tubería serpenteaba
entre las conejeras y desaparecía hacia la caldera
inferior. Isaac le dio un golpecito con el pie.
—Creo que prefieren el calor —musitó—. En
realidad, no tengo ni idea.
Lublamai estaba inclinándose para mirar dentro de
una pecera con el frente de cristal.
—Vaya —suspiró—. ¡Me siento como si volviera a
tener diez años! Te cambio esto por seis canicas.
El suelo de la pecera hervía de pequeños ciempiés
verdes, que masticaban voraz y sistemáticamente las
hojas que tenían a su alrededor. Los tallos de las
plantas estaban cubiertos por sus diminutos cuerpos.
— Sí, es bastante interesante. Cualquier día de estos
deberían encerrarse en sus capullos, y entonces
supongo que los abriré en distintas etapas para ver
cómo se van transformando.
—La vida de un ayudante de laboratorio es cruel,
¿no? — murmuró Lublamai a la pecera—. ¿Qué otros
desagradables gusanos tienes por ahí?
—Muchos. Son fáciles de alimentar. Probablemente
de ellos sea el olor que molesta a Sinceridad. —Isaac
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