Page 718 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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A lo largo del día siguiente, la ciudad se convirtió en
un caliginoso generador de calor y pesadillas.
Los rumores sacudían los bajos fondos. Ma Francine
había sido hallada muerta, decían. Le había disparado
por la noche, tres veces, con un arco. Algún asesino
independiente se había ganado mil guineas del señor
Motley.
No llegaban noticias desde el cuartel general en
Kinken de la Banda del Azúcar. Sin duda, había
comenzado la guerra interna por la sucesión.
Se encontraban cada vez más cuerpos comatosos,
imbéciles. La sensación de lento pánico cobraba
velocidad de forma perceptible. Las pesadillas no
cesaban, y algunos de los periódicos las relacionaban
con los ciudadanos sin mente hallados todos los días,
derrumbados sobre sus mesas frente a ventanas rotas,
o tirados en la calle, atacados entre los edificios por
aflicciones llovidas del cielo. El débil olor del limón
podrido se aferraba a sus rostros.
Aquella plaga no discriminaba. Afectaba a
completos y a rehechos. Se encontraron humanos,
khepri, vodyanoi y dracos. Incluso los garuda de la
ciudad comenzaban a caer, así como otras criaturas aún
más extrañas.
En el montículo de San Jabber, el sol se alzó sobre un
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