Page 453 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


               no  había  sido  perfectamente  controlado;


               probablemente  le  había  hecho  perder  varios



               megamegatones  de  atmósfera  durante  los


               muchos  siglos  de  maniobras.  A  pesar  de  todo,


               era  un  gigantesco  planeta  gaseoso  que  pasaba


               en esos momentos a tres millones de kilómetros


               de la Tierra.


                  Fue  algo  tremendo.  Centelleaba  como  una


               media  luna  cerca  del  horizonte,  en  un  blanco



               apenas  teñido  de  rosado,  surcado  y  sacudido


               por  tormentas;  el  lado  oscura  se  recortaba  en


               negro  contra  las  estrellas.  Una  diminuta  e


               intensa  llama,  de  color  blanco  violáceo,  se


               extendía a partir de esa sombra, iluminando la


               cara  nocturna,  y  se  expandía,  enrojecida,  para


               disiparse en el espacio.


                  Mirelly‐Lyra dijo algo que sonó a música pura.


               No era de extrañar que hubiese podido mover a



               los hombres a su antojo. («Glorioso», dijo la voz


               del  anciano.)  Su  túnica  blanca  aparecía  como


               una sombra pálida y sin formas en la oscuridad.


               Corbell  se  mantuvo  algo  apartado.  Ya  no  era


               una  vieja,  y  eso  le  daba  más  miedo  aún.  En


               verdad, la Norn gobernaba en ese momento el


               destino del mundo.










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