Page 454 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  Corbell  estaba  muy  inquieto  esa  noche.  Se


               inclinó hacia el casco que tenía en las manos y



               llamó:


                  —Pirssa, ¿cómo marcha eso?


                  Aguardó la respuesta. Nada. Nada…


                  —Perfecto  —respondió  el  piloto  automático,


               tranquilo  hasta  la  indecencia—.  Resultó  difícil


               trazar un nuevo rumbo que no se interpusiera


               con  ningún  satélite,  pero  lo  hice.  La  nueva



               órbita  terráquea  será  algo  excéntrica.  Su


               temperatura                               media                         descenderá


               aproximadamente en unos diez grados.


                  —Está bien así.


                  Corbell  dejó  el  casco.  Sentía  la  necesidad  de


               llamar  a  Pirssa  cada  dos  minutos.  La  caída  de


               un planeta gigantesco no era algo glorioso, sino


               aterrorizante. Pero Mirelly‐Lyra volvió a decir:


                  —¡Glorioso! ¡Pensar que el Estado alcanzó tal



               altura! Y ahora sólo quedan salvajes.


                  —Volveremos al espacio —observó él, con una


               risa  demasiado  estridente—.  Aunque  Gording


               no  lo  sabe,  lo  que  está  haciendo  en  Ciudad


               Dikta  pone  las  bases  para  una  explosión


               demográfica.                   Dentro             de         tres        mil         años


               volveremos  a  construir  naves  interestelares.



               Nos serán de gran utilidad, pues la Tierra estará


               demasiado poblada.

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