Page 198 - The expanse 02 - La guerra de Calibán - James SA Corey
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—No es la primera vez que trabajo con el gobierno —
respondió él. Tenía un acento europeo capaz de
derretir el hielo—. Entiendo las limitaciones. ¿Qué
puedo hacer por usted, ayudante de la subsecretaría?
Avasarala se dejó caer en su silla. El Buda le sonrió
con serenidad desde su lugar en la pared. La lluvia
seguía empañando la ventana, y la sombra de las
gotas daba la impresión de que Mao lloraba.
Avasarala unió las puntas de los dedos en ademán
reflexivo.
—¿Le apetece un té?
—No, gracias —respondió Mao.
—¡Soren! Tráeme un té.
—Sí, señora —respondió el chico.
—Soren.
—¿Señora?
—No hay prisa.
—Claro que no, señora.
La puerta se cerró detrás de él. Mao sonrió, con
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