Page 252 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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—Siéntate con naturalidad —dijo William entre
dientes—. Como si hubieses usado estas ropas toda
la vida.
—Nunca debimos escaparnos.
—¡Dios mío! —dijo William—. El hombre viene
hacia aquí. Déjame hablar.
El desconocido se inclinó ante ellos. Se oyó el leve
entrechocar de los talones. Susan se estremeció.
¡Ese ruido militar! Inconfundible como el de esos
espantosos nudillos que golpean la puerta en
medio de la noche.
—Señor Roger Kristen —dijo el desconocido—,
usted no se recoge los pantalones al sentarse.
William se quedó helado. Se miró las manos que
descansaban inocentemente sobre sus piernas. El
corazón de Susan latía apresuradamente.
—Usted me confunde —dijo William con rapidez—
. No me llamo Krisler.
—Kristen —corrigió el desconocido.
—Soy William Travis —dijo William— y no veo en
verdad por qué se interesa usted en mis pantalones.
—Lo siento.—El desconocido apartó una silla y se
sentó—. Digamos que pensé que lo conocía porque
no se recogió los pantalones. Todo el mundo lo
hace. Pues si no, los pantalones se deforman. Vengo
de muy lejos, señor… Travis, y necesito compañía.
Mi nombre es Simms.
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