Page 786 - El Mundo De Roche - Robert L Forward
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El Mundo de Roche                                                                                                                       Robert L. Forward


               George se reunió con el resto de la tripulación en


               el mirador. Estaban flotando en L‐4, esperando a


               que llegase el Prometeo. Arielle contemplaba por


               el telescopio la fracturada carcasa de duraleación


               que  había  sido  la  Libélula  Mágica.  La  riada  la



               estaba arrastrando furiosamente y las puntas de


               las alas se habían destrozado contra las rocas.


                  —Adiós, Jill —gritó. Y la voz se le quebró.


                  —Arielle,Cariño —dijo la voz de Jill a través de


               su diablillo—. Sigo aquí. Debes recordar que estas


               voces que utilizamos sirven sólo para recordaros


               con qué ordenador estáis hablando.



                  Mientras  hablaba,  la  voz  de  Jill  cambió


               lentamente hasta convertirse en la de Jack. Ésta a


               su vez se tornó la de James, quien en su mejor


               tono de mayordomo prosiguió con las lecciones


               antes  de  convertirse  en  la  de  un  diminuto


               robot—.  Es  muy  importante  que  seáis


               conscientes  de  que  no  somos  nada  más  que


               máquinas.


                  —Tienes razón —dijo Arielle—. Soy una tonta



               por llorar a una máquina — y volvió a estallar en


               llanto.


                  —¿Y  ahora  qué  pasa,  Arielle?  —preguntó


               George.


                  —Mi  Libélula  era  preciosa  y  ahora  está  hecha


               pedazos.


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