Page 1129 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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poder, derrota al bando de Almagro y ejecuta a los
jóvenes.
—Horrible, horrible. Cristiano contra cristiano. No,
está claro, necesitamos un hombre fuerte para tomar el
mando en los primeros momentos de desgracia.
Luis saca la espada. ¿Qué demonios? Alarmada, dejo
caer el volumen, me retiro hacia la mesa. Él se pone de
rodillas. Levanta la espada por la hoja, la convierte en una
cruz. Le caen lágrimas por las mejillas de cuero hacia la
barba de medianoche.
—Dios todopoderoso, Santa Madre de Dios —
solloza—, sed con vuestro sirviente.
¿Una oportunidad? No hay tiempo de pensar.
Agarro la aspiradora. La agito en alto. Él lo oye, se da
la vuelta sobre las rodillas, se agacha para saltar. Es una
maza pesada e incómoda. Le doy con todo lo que mis
brazos y hombros pueden ofrecer. Al otro lado de la
moto, le doy con el motor en la cabeza.
Cae. La sangre fluye como loca, de un rojo neón.
Cráneo lacerado. ¿Lo he dejado inconsciente? No me
detengo a comprobarlo. Dejo la aspiradora encima de él.
Salto al teléfono.
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