Page 24 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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hogar  al  que  volver.  Pero  con  sus  últimos  ahorros


          menguando  y  los  puentes  quemados  tras  ella,  no

          había margen para el error. El precio de empezar de


          cero era no tener a nadie detrás si caía.



          «Por favor —pensó—. Por favor, no la cagues.»



          —Comenzamos la aproximación, Rosemary —gorjeó


          el  ordenador  de  la  procápsula—.  ¿Necesitas  algo

          antes de que dé comienzo el proceso de atraque?



          —Un lavabo y un sándwich —contestó Rosemary.



          —Lo  siento,  Rosemary,  tengo  dificultades  para


          procesar eso. Por favor, ¿podrías repetir tu petición?



          —No necesito nada.


          —De  acuerdo,  Rosemary.  Ahora  abriré  los  paneles


          exteriores. Quizá quieras cerrar los ojos para ajustarte


          a cualquier fuente de luz externa.



          Rosemary,  obediente,  cerró  los  ojos  mientras  los

          paneles  zumbaban  al  abrirse,  pero  sus  párpados


          siguieron en la oscuridad. Abrió los ojos y descubrió


          que  la  única  fuente  de  luz  notable  provenía  de  la


          cápsula. Como esperaba, no había nada más allá de la

          cápsula excepto espacio y estrellas diminutas. Fuera,


          en el vacío.



          Se preguntó cómo de grueso sería el casco.


          La cápsula se balanceó, y Rosemary se protegió los


          ojos de un repentino estallido de luz que salía de una


          de las ventanas de la nave más horrenda que había


          visto  nunca.  Era  tosca  y  angular,  a  excepción  de  la





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