Page 681 - Limbo - Bernard Wolfe
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alguna buena palanca con la cual abrir este o
aquel pedazo de realidad... pero invariablemente
la consideraba como la Palanca Máxima. Algunos
de esos tipos, de hecho, a juzgar por la
grandiosidad de la intensidad fanática que
exhibían en sus escritos, eran puros casos clínicos
en su sentido más patológico, decididos a
encontrar la única llave que abriría todas las
puertas. Jamás se les ocurrió pensar que las
distintas puertas podían estar provistas de
diferentes clases de cerraduras, todas con
diferentes llaves. Porque, cualquiera que
pretendiese pasar por cerrajero cósmico, debería,
en bien de la salud pública, empezar
encerrándose él mismo. Para confundir aún más
el asunto, una llave catalogada como cósmica
puede abrir muy fácilmente todo, hasta las latas,
y convertirse en una fusta, o en una lanza, o en
una automática... o en una apisonadora. Helder,
el pobre unitario, jamás pudo darse cuenta de eso.
Estaba mortalmente seguro de que uno tenía que
hacer que el panorama de picos y rabos fuera
secuencial ante lo que podía ser consecuencial.
Lo que los sistematizadores dejaban siempre
fuera de sus bien ordenados sacos, por supuesto,
era el primer y único ingrediente de la realidad...
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