Page 62 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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puerta y me tiro a la autopista pero por supuesto no


           hago  nada.  Ni  siquiera  puedo  sorprenderme  a  mí


           misma.




                  —Yo también te quiero. —Lo miro cuando se lo


           digo,  como  siempre  lo  he  hecho,  como  si  fuera  la



           respuesta  a  alguna  pregunta.  Él  me  mira,  sonríe  y


           vuelve a centrarse en la carretera.




                  Para él esto significa que hemos vuelto a nuestra


           rutina,  que  habla  con  la  misma  mujer  que  conoce


           desde  hace  años,  que  las  cosas  han  vuelto  a  la


           normalidad.  Somos  sólo  otra  pareja  de  turistas  que


           viene de Boston a pasar el fin de semana, que se aloja


           en un hostal, visita los museos y recicla los mismos


           chistes de siempre.




                  Es un algoritmo para el amor.




                  Me entran ganas de gritar.









                  La primera muñeca que diseñé se llamaba Laura.


           Clever Laura™.




                  Laura  tenía  el  pelo  castaño  y  los  ojos  azules,


           articulaciones totalmente funcionales, veinte motores,


           un sintetizador de voz en la garganta, dos cámaras de



           vídeo disimuladas en los botones de la blusa, sensores




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