Page 56 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—¡Perfecto, Davidge! ¡Por eso estás sentado aquí,
tragando serpiente ahumada!
Le hice una mueca al dracón.
—¡Noto que tu aliento también tiene olor a serpiente,
drac!
Jerry soltó un bufido y se apartó del fuego. Yo me sentía
ridículo, primero porque no íbamos a aclarar una discusión
que había atormentado a un centenar de mundos por más de
un siglo, y segundo porque quería que Jerry comprobara mi
recitación. Tenía más de un centenar de generaciones
memorizadas. El dracón estaba de costado respecto a la
hoguera, permitiendo que cayera sobre su regazo la luz
suficiente para ver lo que cosía.
—¿En qué estás trabajando, Jerry?
—No tenemos nada de qué hablar, Davidge.
—Vamos, ¿qué es?
Jerry volvió la cabeza hacia mí, después miró otra vez su
regazo y levantó un minúsculo vestido de piel de serpiente.
—Para Zammis.
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