Page 5 - El Jugador - Iain M. Banks
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una rapidez asombrosa y el arma que sostenía en las
manos le pareció tan pesada y difícil de manejar que
jamás conseguiría acertarles. Su traje empezó a
transmitirle el distante ruido de los disparos y los gritos
de los demás. El interior del casco se llenó de lucecitas que
indicaban los daños. El traje tembló y su pierna derecha
quedó repentinamente insensible.
‐‐¡Despierta, Gurgeh! ‐‐gritó Yay.
Gurgeh la oyó reír.
La joven giró velozmente sobre una rodilla y dos
proyectiles cambiaron repentinamente de rumbo para
dirigirse hacia su sección del grupo. Debían de haberse
dado cuenta de que era la más débil. Gurgeh vio acercarse
las máquinas, pero el arma zumbó locamente en sus
manos y el cañón siempre parecía estar apuntando a un
lugar en el que ya no estaban. Las dos máquinas se
lanzaron velozmente hacia el hueco que había entre él y
Yay. Un proyectil emitió un destello cegador y se
desintegró. Yay dejó escapar un grito de júbilo. El otro
proyectil trazó un arco entre ellos y Yay alzó una pierna
intentando liquidarlo de una patada. Gurgeh giró
torpemente sobre sí mismo, disparó y consiguió rociar de
llamas el traje de Yay. Oyó su grito y las maldiciones que
le siguieron. Yay se tambaleó, pero volvió a alzar el arma.
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