Page 588 - Materia oscura - Blake Crouch
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Los dos polis que estaban cuando llegué ya se han
ido, pero hay otro sentado en la mesa de la esquina.
Me tiemblan las manos imperceptiblemente mientras
abro el envoltorio.
Fiel a su nombre, la punta del puro tiene un ligero
sabor dulce.
Tardo tres intentos en encender el mechero.
Prendo el tabaco del final del puro, le doy una calada
y echo el humo hacia el cocinero de comida rápida
que está dándole la vuelta a unas tortitas en la
plancha.
Durante diez segundos, nadie se da cuenta.
Entonces la anciana que está sentada a mi lado, con
una chaqueta de estampado felino, se gira y suelta:
—No se puede hacer eso aquí dentro.
Respondo con algo que no se me ocurriría decir ni en
un millón de años:
—No hay nada como un puro después de comer.
Me mira como si hubiera perdido la cabeza a través
de sus lentes de cristal.
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