Page 595 - Materia oscura - Blake Crouch
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La sala huele a vómito y desesperación; han
intentado disimularlo en vano con productos de
limpieza.
A estas horas de la mañana, aparte de mí, sólo hay
otro preso al otro lado de la sala: una mujer esposada
a un escritorio. Está meciéndose como una loca
adelante y atrás, rascándose, pellizcándose.
Hammond me cachea de nuevo y me invita a tomar
asiento.
—Enséñeme su carné de conducir —me pide
mientras abre la esposa de la muñeca izquierda y la
cierra alrededor de un cáncamo en el escritorio.
—Lo he perdido.
Toma nota en sus papeles, después rodea la mesa y
accede al ordenador.
Apunta mi nombre.
Número de la Seguridad Social.
Dirección.
Empleo.
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