Page 114 - Sin Noticias De Gurb - Eduardo Mendoza
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pero la verdad es que no puedo prescindir de ellos, pues,
aunque el clima es casi veraniego (y con tendencia a un
ligero aumento de las temperaturas), mi metabolismo se
adapta mal al cuerpo humano. Tengo siempre los pies
helados, al igual que las pantorrillas y los muslos; las
rodillas, en cambio, me bullen, y lo mismo me sucede con
uno de los glúteos (con el otro, no); y así sucesivamente. Lo
peor es la cabeza, quizá debido a su intensa actividad
intelectual a que la someto de continuo. Su temperatura
sobrepasa a veces los 150 grados centígrados. Para paliar
este calor llevo siempre un sombrero de copa, cuyo interior
voy rellenando con cubitos de hielo que compro en las
gasolineras, pero el remedio, por desgracia, es pasajero. En
seguida el hielo se licua, el agua hierve y la chistera sale
despedida con tal potencia que las primeras que tuve aún
siguen en el aire (ahora he mejorado el sistema sujetando el
ala de la chistera al cuello de la camisa con una goma
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