Page 228 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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imbecilidad, la obscenidad. Esto tiene que terminar. Quiero
que sea mi secretaria social.
—¿Espera que me crea eso? Podría contratar a un centenar
de secretarias sociales... a un millar, con su dinero. ¿Espera
que me crea que soy la única que le va bien? ¿Que tuvo que
raptarme de la custodia en que estaba para lograr verme?
Foyle asintió.
—Ciertamente hay millares, pero tan sólo una puede
telemitir.
—¿Y qué tiene que ver eso?
—Usted será el ventrílocuo; yo seré el muñeco. No conozco
a las altas capas sociales; usted sí. Tienen su propia manera
de hablar, sus chistes propios, sus modales propios. Si uno
quiere ser aceptado por ellos tiene que hablar su mismo
idioma. Yo no puedo, pero usted sí. Hablará por mí, a
través de mí boca...
—Pero podría aprender.
—No, me llevaría demasiado tiempo. Y el encanto no
puede ser aprendido. Deseo contratar su encanto, señorita
Wednesbury. Hablemos de su salario: le pagaré un millar
al mes.
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