Page 263 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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sentarse, jaunteó a la ventana y ajustó la persiana, jaunteó

           al control de la ¡uz y ajustó su brillo, y luego reapareció en

           el escritorio.



           —Hace un año —sonrió—, no podía ni siquiera jauntear.

           Entonces descubrí el secreto, el Salutífero Abstersivo que...




           Foyle tocó con su lengua el tablero de control conectado a

           las terminaciones nerviosas de su dentadura. Aceleró. Se

           alzó sin prisas, se adelantó hacia la figura que continuaba

           hablando a un ritmo superlento tras el escritorio, tomó un


           pesado pisapapeles, y golpeó científicamente a Orel en la

           frente,  produciéndole  una  contusión  en  los  lóbulos

           frontales y dejando inútil su control del jaunteo. Tomó al

           curandero  y  lo  ató  a  la  silla  eléctrica.  Todo  esto  le  llevó


           aproximadamente cinco segundos. Robin Wednesbury no

           vio más que una mancha de color.



           Foyle desaceleró. El curandero abrió los ojos, se estremeció,

           vio dónde estaba y se envaró, irritado y perplejo.



           —Eres Sergei Orel, encargado del botiquín del Varga —dijo


           en voz baja Foyle—. Estabas a bordo del Vorga el 16 de

           septiembre de 2436.



           La irritación y la perplejidad se transformaron en terror.









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