Page 261 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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paramalaria; atendidos devotamente por enfermeras en
almidonados uniformes blancos, y gozando ávidamente de
su enfermedad ilegal y de la atención que ésta les deparaba.
—Mírelos —dijo desdeñosamente Foyle—. Dan asco. Si
hay algo que sea más repugnante que los adictos a la
religión, son los adictos a las enfermedades.
—Buenas noches —dijo una voz tras ellos.
Foyle cerró la puerta y se dio la vuelta. El Doctor Sergei
Orel les hizo una reverencia. El buen doctor parecía seco y
estéril en el clásico gorrito, bata y mascarilla blancos de los
clanes médicos, a los que pertenecía tan sólo en su
fraudulenta aseveración. Era bajo, atezado y de ojos
oblicuos, pareciendo ruso en él tan sólo su nombre. Más de
un siglo de jaunteo había mezclado tanto a las poblaciones
del mundo, que los tipos raciales estaban desapareciendo.
—No esperaba que trabajase en la víspera del Año Nuevo
—dijo Foyle.
—Nuestro Año Nuevo ruso es dentro de dos semanas —le
respondió el Doctor Orel—. Vengan por aquí, por favor.
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