Page 171 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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Su aspecto externo recordaba a un


           espermatozoide introduciendo su cabeza por


           un anillo. El anillo contenía las velas


           convenientemente plegadas, la cola era un


           largo acelerador lineal.


              Una gran superficie reflectora, desplegada



           frente a una estrella, era un verdadero


           propulsor. Este era el principio que movía la


           Vajra. En cierta forma era una nave


           auténticamente adaptada a su medio, con una


           perfección en su simplicidad que ni tan siquiera


           los navíos del Imperio habían conseguido


           igualar. Para empezar, era mucho más



           económica, puesto que no necesitaba motor ni


           carburante. Incluso los sistemas de propulsión


           eléctrica por conversión de la luz eran más


           caros. Después, dado que el impulso no cesaba


           jamás, el navío a vela resultaba maniobrable


           según los mismos principios que un velero en


           alta mar. En particular, podía barloventear en


           la radiación, y remontar a contraviento hacia


           el sol. O, por  el contrario, navegar con la





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