Page 185 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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cabeza ahusada, que encerraba un poderoso
cerebro con una capacidad de raciocinio
sorprendente para un animal.
Cualquier campesino podía poseer un phante
que le ayudaría en las labores del campo como
si de un sudra se tratara. Pero para
reproducirlos tenía la obligación de acudir a
los depósitos de sementales del ejército,
donde obtendría el semen más valioso para la
mejora de la raza.
Pramantha había vegetado allí durante
incontables meses, emborrachándose día tras
día, intentando olvidar lo que le era del todo
imposible olvidar.
Pasaron dos años más de una vida tan inútil
que incluso ahora le avergonzaba recordarla.
Al igual que el camello, él también había
chupado su misma sangre mientras masticaba
ramas espinosas. Al igual que él, las espinas que
comía le cortaban la lengua, haciendo que la
sangre empezara a manar dentro de su boca.
Las espinas mezcladas con su propia sangre
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