Page 193 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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TRES
Jonás tenía que reconocer que se había
perdido. Caminaba a lo largo de los estrechos
y sinuosos pasillos de la nave, arrastrando un
voluminoso petate de lona gris, que sí bien no
resultaba pesado bajo la escasa gravedad
producida por el giro de la nave, si era, en
cambio, incomodísimo de llevar. Y lo peor de
todo era que cada vez tenía menos claro dónde
estaba.
Uno de los reposteros lo había conducido
hasta la sala de oficiales, junto con el resto de
sus acompañantes en la última etapa del viaje,
y allí le había indicado el camarote que tenían
asignado. Después le habían abandonado a su
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