Page 198 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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Bana le dirigió una de sus miradas asesinas, y
el hombre volvió a su trabajo. Se había ganado
la fama de duro y ahora podía hacerse de
respetar, sin tener muchas veces que tomar
más medidas disciplinarias que alguna mirada
furibunda de vez en cuando. Su aspecto físico
también había ayudado. Macizo y bajo como
una mesa, de manos velludas y gruesas que casi
lastimaban de sólo mirarlas. Un espeso bigote,
que reptaba sobre su grueso labio superior
hasta casi introducirse en su boca, daba a su
rostro una seriedad mortal.
Bana podía sentirse orgulloso. Al ingresar en
la Infantería de Marina había escapado a su
destino: pobreza y hambre como pescador en
Rastrakuta. La experiencia en el mar era muy
buscada por los oficiales de alistamiento en
aquel tiempo. Un marino estaría más preparado
que cualquier otro hombre para viajar a bordo
de una nave espacial. Tanto los navíos del
espacio como los del mar eran pequeñas
cápsulas que aislaban la vida humana de un
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