Page 254 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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cabeza. Allí estaban los alimentos que


           deberían de consumir entre todos a lo largo


           del viaje, y si alguien intentaba tomar más de


           lo que le correspondía... Bueno, aquellos


           hombres tenían un reglamento particular que


           no constaba en ninguna parte del oficial. Todas



           sus reglas se podían resumir en una sola: «No


           perjudicarás al compañero» Por menos de eso


           uno podía amanecer con la garganta abierta, y


           nadie sabría lo que le había sucedido.


              Localizó una pequeña bolsa de lona, oculta


           entre los embutidos, y extrajo de ella un


           cuaderno de cartas.



              Phores dedicaba un tiempo de esas ocho


           horas libres a escribir. Le gustaba escribir,


           llenaba largas y torpes cartas contando todo


           cuanto le sucedía día a día. Por supuesto, jamás


           podría mandarlas: la energía necesaria para


           enviar un mensaje estaba fuertemente


           racionada, y no la desperdiciarían con la carta


           de un marinero. Pero eso no parecía importarle


           a Phores, que solía enviarlas todas juntas





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