Page 269 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Me  agaché  para  trasponer  nuevamente  el  arco  de  la

         extraña puerta, y me encontré de regreso en el estudio. Eso

         me hizo sentir mejor.

                Altaira  estaba  junto  al  sofá.  Estaba  desplegando  algo


         que parecía una colcha. Pero suave y liviana. Y la tela tenía

         una especie de fulgor.

                Me  miró  y  yo  saqué  del  bolsillo  el  anotador  y  se  lo

         mostré.


                —El doctor me dejó una carta. Aquí —le dije.

                —Debes leerla —me respondió ella.

                Extendió  delicadamente  la  tela  sobre  el  cuerpo  del


         doctor, cubriéndole el rostro.

                Fui  hasta  el  escritorio  y  me  senté  a  un  costado  del

         mismo. Abrí el anotador y empecé a leer…


                II



                “Querido  John”  leí.  “Esta  carta  puede  no  resultar

         necesaria. La escribo para el caso de que cometa un error y


         me deje estar demasiado en la “Entrada”.

                “Debe usted comprender que no he estado, ni estaré,

         tratando de  adquirir nada del saber de los Krell. No hay

         tiempo,  por  fascinante  que  ello  resulte.  Lo  que  sí  estoy


         haciendo,  es  ampliar  mi  capacidad  intelectual.  Parece

         literalmente milagroso el efecto que esta máquina produce

         en  uno.  Aún  después  de  las  breves  (aunque  repetidas)





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