Page 438 - Hijos del dios binario - David B Gil
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permanecía en silencio, de pie en su cocina.
—Y tú, ¿qué demonios pintas en todo esto? —
preguntó en inglés.
Casi agradecido por poder explicarse en un
idioma que dominaba, Daniel mintió con destreza:
—Alicia, Will y yo éramos amigos en Londres.
Buenos amigos. Cuando supe lo que estaba
pasando, cuando ella me contó sus sospechas, vine
a Madrid para ayudarla. Tengo recursos y
contactos, puedo sacaros de aquí y llevaros a un
lugar seguro.
—¿Sacarnos de aquí? —preguntó confuso, y se
dirigía a su exmujer.
Alicia se apartó de él y tragó saliva antes de
hablar; no quería que la voz se le quebrara de
nuevo.
—Es por Lara, Javier... ¿Y si tratan de hacerle
daño, de usarla para llegar a mí?
Él la miró anonadado, tratando de asumir
aquella idea.
—¿Crees que eso es posible?
—Lo más sensato es ponerse en lo peor.
—Podemos irnos a Menorca con mi padre —
murmuró Javier, consternado.
—No —lo interrumpió Daniel con
brusquedad—. Si van a irse, deben desaparecer.
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