Page 608 - Hijos del dios binario - David B Gil
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lección práctica.


                  —Ahora  abre  bien  los  ojos.  Después  tendrás


           que hacerlo tú.


                  Eugene  extendió  sobre  el  suelo  un  pañuelo  y



           depositó  en  él  la  yesca.  Apoyó  encima  la  madera


           más gruesa, haciendo coincidir la hendidura con el


           nido de hebras secas, y la sujetó con el peso de su


           rodilla. Nicholas se acuclilló para observar más de


           cerca  cómo  su  instructor  deslizaba  la  punta  de  la


           varilla en la cuña y la sujetaba uniendo las palmas


           de las manos.



                  —Ahora hay que hacer girar el taladro frotando


           las  palmas  al  tiempo  que  empujas  hacia  abajo.  —


           Comenzó  a  hacer  el  movimiento  a  modo  de


           ejemplo—. No puedes parar en ningún momento o


           la fricción no hará efecto.


                  El  muchacho  bajaba  las  manos  por  la  larga


           varilla al tiempo que la hacía girar sobre sí misma


           una y otra vez. Cuando sus manos unidas estaban a


           punto de llegar abajo, las colocaba al principio del



           recorrido y volvía a bajar frotándolas entre sí.


                  —Puedes tardar un buen rato, pero si consigues


           que prenda aquí fuera, con tanta humedad, dentro


           será  pan  comido.  —Continuaba  haciendo  girar  el


           palo  con  movimientos  firmes  que  evidenciaban


           horas  de  práctica—.  El  secreto  está  en  no  parar  y




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