Page 830 - La Herejia De Horus 01 - Horus El Señor De La Guerra - Abnett Dan
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nuestras  armas.  No  era  necesario  matar  para

                  obtenerlas.




                  —Nosotros no hemos hecho nada —respondió Horus,

                  negando con la cabeza.




                  El hombre se echó a reír y luego cayó al suelo.



                  —Ayudadlo —dijo Horus.




                  Montones  de  cenizas  caían  sobre  ellos,  lloviendo

                  desde  un  cielo  negro  y  asfixiante.  El  fuego  se  había

                  extendido al bosque que discurría sobre sus cabezas, y

                  la  calle  estaba  iluminada  por  las  llamas.  En  la


                  atmósfera  flotaba  un  olor  fétido  a  vegetación

                  quemada,  y  en  calles  situadas  en  terrazas  inferiores,

                  cientos de figuras se reunían y alzaban los ojos hacia


                  el  fuego.  Un  pánico  y  horror  enormes  se  extendían

                  por Xenobia Principis.




                  —Nos temían desde el principio —dijo el señor de la

                  guerra—.  Sospechaban  de  nosotros,  y  ahora  esto.

                  Creerán que no se equivocaban al hacerlo.






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