Page 203 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 17                                                   Ramsey Campbell

            Seguramente, la persona que había al otro lado de la

            línea  creyó  que  lo  había  tirado.  En  aquella  ocasión


            estaba segura de que esa voz era la de Angela, de que

            no era ninguna broma de mal gusto, y de repente se dio

            cuenta de lo ansiosa que había estado por justificar las


            llamadas,  por  creer  que  Angela  estaba  muerta  y

            enterrada.  Se  arrastró  desesperada  por  la  moqueta,


            sintiendo  un  intenso  dolor  de  cabeza,  y  recuperó  el

            auricular.

               –¿Dónde estás? –gritó.


               El murmullo de la respuesta fue menos claro que el

            serpenteo de la estática.

               –No puedo oírte –dijo Barbara, a punto de ponerse a


            llorar–. Habla más alto.

               –No  puedo  hablar  más  alto.  Te  estoy  llamando

            mientras los demás duermen.


               Pero  no  todos  dormían,  porque  en  ese  mismo

            momento Barbara oyó una voz de hombre en la línea.


            Aunque  fue  incapaz  de  comprender  sus  palabras,  el

            tono no dejaba lugar a confusiones: era cruel y burlón.

            Al instante, el teléfono quedó en silencio.


               Barbara logró llamar al operador, a pesar de que sus

            dedos estaban paralizados. Cuando este la atendió, le


            dijo con altivez que era demasiado tarde para rastrear

            la  llamada.  Barbara  permaneció  pegada  al  auricular

            durante  diez  minutos,  sintiéndose  cada  vez  más





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