Page 291 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 25 Ramsey Campbell
manos a la cara, pero inmediatamente volvió a ponerse
en pie. Aunque a Ted le dolían los nudillos como si
hubiera golpeado un martillo, aquel tipo no parecía
sentir ningún dolor.
Esta distracción le dio la oportunidad de correr,
aunque no logró llegar demasiado lejos. Dos de ellos le
dieron alcance en la pendiente empedrada que
discurría entre los pasos elevados. Cuando le
inmovilizaron los brazos, intentó golpear a uno de ellos
en la ingle, pero perdió el equilibrio sobre el húmedo
hormigón. Lo empujaron y cayó de espaldas sobre la
pendiente. Los adoquines se hundían en su cuerpo; el
polvo y los fragmentos de cristal se clavaban en sus
manos.
Todavía podía forcejear y maldecirlos, aunque era
incapaz de oír sus propias palabras. Fueron necesarios
tres para inmovilizarlo, y tardaron un buen rato en
conseguirlo. Cuando el más corpulento le asestó un
puñetazo en la nuca, Ted sintió que su cabeza era un
globo que se estaba desinflando; se sentía confuso y
terriblemente mareado. El destello de un camión sobre
su cabeza abrasó sus ojos. Estaba tan aturdido que
cuando apareció la anciana en la curva no le dio
ninguna importancia.
Pero era una transeúnte, una anciana de cabello
blanco excepto por una ancha veta plateada, y había
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