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Arte e Historia
en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
política en muchas capitales; arquitectura con acopio en Ciudad Trujillo, así rebautizada la primada ciudad
de Santo Domingo. La inauguración del Palacio de Bellas Artes, en 1956, formó parte de los festejos de
los 25 años de la «Era Trujillista» en 1955. El aniversario tuvo como eje principal un conjunto de edificios
que albergó la «Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre», opulenta celebración que marcaba la
decadencia del régimen. La dictadura enfrenta en años sucesivos la invasión armada de exiliados oposi-
tores, el brote de focos conspirativos, la oposición de la Iglesia Católica, los conflictos con varios países
americanos que producen rupturas diplomáticas y la sanción del bloqueo económico al país, encabezada
por los Estados Unidos. En mayo de 1961, un complot produce otro histórico tiranicidio, con el resultado
de un cambio rápido en la nación, al instaurarse las libertades públicas y la democracia participativa como
alcance de nuevos tiempos.
El surgimiento de asociaciones civiles, empresariales, militantes y políticas, todas liberadas del autorita-
rismo nepotista, son núcleos dinámicos de un lustro durante el cual se registran diversas formas gubernati-
vas (mando de Balaguer, Consejo de Estado, Gobierno Constitucional de Bosch y Triunviratos de factos).
Formas gubernativas como la permanencia del Presidente Balaguer, considerado como el último personero
de Trujillo (1960-1961), la conformación de un Consejo de Estado Provisional (1961-1962); el mandato
por votación electoral de Juan Bosch (febrero-septiembre de 1963), derrocado por un golpe de Estado de
sectores de derecha y el régimen de facto que integran varios triunviratos (1963-1965), enfrenta conflictos
sociales, guerrillas y sublevaciones, que culminan con la revolución capitalina del 24 de abril y la segunda
intervención militar estadounidense. Pese a la inestabilidad que traducen tantos gobiernos y secuelas, la
experiencia democrática registra iniciativas y medidas tanto oficiales como privadas.
El otorgamiento de la autonomía de los ayuntamientos municipales, de las industrias e instituciones es-
tatales, devinieron como ruptura del monopolio oficial, que permitió que sectores privados emprendieran
iniciativas culturales, empresariales y financieras. Del sector privado emergió la Asociación para el Desarro-
llo, en Santiago de los Caballeros (6 de julio de 1961), cuyos integrantes emprendieron en 1962 el auspicio
del Instituto Superior de Agricultura, el Centro Sanitario de Santiago, la Asociación Cibao de Ahorros y
Préstamos, el Banco Popular Dominicano y la Universidad Católica Madre y Maestra.
El Banco Popular Dominicano, constituido como compañía el 23 de agosto de 1963, es históricamente
la primera entidad bancaria nacional de capital privado, autorizado por la Junta Monetaria para comenzar
sus operaciones en el citado año. La crisis política que provocó el golpe de estado contra el gobierno consti-
tucional de Juan Bosch determinó que su apertura inaugural, en un moderno edificio de la Zona Colonial
de Santo Domingo, fuera el 2 de enero de 1964. El «Banco de Alejandro», como comenzó a ser conocido,
dado el carisma de su principal gestor, Alejandro E. Grullón Espaillat, contó con una Junta Promotora
constituida por empresarios de todas las principales regiones del país. En octubre de 1964, tenía sucursales
en Higüey, Moca, San Francisco de Macorís y Santiago de los Caballeros.
Alejandro E. Grullón Espaillat fue de los santiaguenses que apoyaron la idea de Monseñor Hugo
Eduardo Polanco Brito de establecer la Universidad Católica Madre y Maestra, fundada por el Episcopado
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